Tratándose de una construcción destinada a la tercera edad, el edificio se intenta concebir como una hotel pensado para esta etapa tan característica de la vida, alejándose del concepto tradicional de geriátrico (y de los matices negativos que dicha tipología -en muchas ocasiones- ha supuesto).
Para ello, la idea del inmueble gira en torno al usuario y a las máximas condiciones de confort que se le puedan ofrecer en base al emplazamiento y a la configuración funcional de los espacios.
Por un lado, la ubicación en un lugar tan particular y singular del municipio de Castelldefels, situado en la ladera del macizo del Garraf y conformado por el límite entre el barrio de Poal y el Parque Natural. De hecho, se puede decir que el edificio se sitúa a caballo de ambas zonas, disfrutando de unas impresionantes vistas al mar y de un asoleo que se extiende durante muchas horas al año debido a su elevada posición en relación a las fincas colindantes.
Por otra parte, la propia configuración de la construcción la cual busca adaptarse a los anteriores condicionantes del contexto, así como al programa funcional de un espacio residencial con servicios incluidos. En consecuencia, el organigrama que rige las dependencias que conforman el edificio se plantea del siguiente modo :
- Planta sótano: acceso, dependencias de servicio y anexos (gimnasio, sala de actividades…).
- Planta baja: espacio comunitario multifuncional (salas de estar, comedor…), comunicado con el exterior a través de un porche que cubre parcialmente una terraza con acceso a la piscina.
- Planta piso primero: zona de habitaciones, con pequeños ámbitos de estar comunitarios formando parte de los pasillos de acceso.
- Planta piso segundo: zona de habitaciones y, al igual que en planta primera, con pequeños espacios de estar comunitarios.
De esta manera, la transición vertical siempre se produce desde espacios más públicos a espacios más privados, hecho que se manifiesta también en la propia composición del inmueble: el edificio visualmente se formaliza en base a capas o estratos, los cuales se desmaterializan a medida que se incrementa la altura. Esta descompactación del volumen, a su vez, posibilita la entrada de luz en zonas internas (habitualmente sombrías), llegando a generar la aparición de 3 patios que -a modo de pozos de luz- barren y vertebran la totalidad del edificio por la vertiente de montaña.
El resultado es un edificio que responde a una necesidad -cada vez más evidente- en relación a la construcción de alojamientos de calidad para una etapa de la vida tan característica como es la 3ª Edad, con una imagen contemporánea muy vinculada al ámbito costero (y, lógicamente, mediterráneo ) al cual pertenece.